Una cabeza llena de fantasmas, de Paul Tremblay

 


En Rashomon, el cuento de Ryûnosuke Akutagawa, conocido por su versión cinematográfica, obra maestra homónima de Akira Kurosawa, cuatro testigos dan su versión, discordante entre ellas, acerca de un asesinato y una violación de un matrimonio. Por supuesto, el juez que las oye —y los telespectadores, jurado frente a la pantalla— nos quedamos con la duda de cuál de ellos tiene razón, incluso de si alguno la tiene, pues… ¿nos están engañando o están diciendo su verdad? ¿Acaso hay una única verdad?

No es de extrañar que entre el gran número de referencias fílmicas que se citan en Una cabeza llena de fantasmas se halle precisamente esta película. La novela cuenta también con tres versiones, pero con la gran y sugerente diferencia de que las tres son dadas por un mismo personaje, aunque en tres épocas diferentes de su vida: aquella en la que vivió los hechos, cuando contaba con ocho años, quince años después, y algún (breve) tiempo posterior. Eso sí, todas son distintas, pues la persona —o personita— también lo es tanto con el paso de los años como en el de las vivencias de los hechos y en su recuerdo; es decir, en su relación con ellos.

La habilidad de Paul Tremblay como escritor está en dar una coherencia a estas tres versiones del personaje tanto en cada uno de los tres momentos como en el global de esos años. Pero no sólo en darle una coherencia, sino también una verosimilitud y una fuerza en lo que cuenta de tal modo, que el lector al terminar la novela no sabrá en qué versión de los hechos poner su confianza. Y eso no es fácil, nada fácil, pues la separación de unas y otras, entrelazadas a lo largo del libro, pero no lo suficiente como para resultar caótico, está integrada perfectamente en la narración a pesar de que son tres registros de escritura muy distintos: uno de ellos, el que recrea los hechos en el momento mismo en que ocurren, tiene tal fuerza y plasticidad en sus descripciones, que realmente aterroriza (algunas escenas están entre las que más me han impresionado del género); una segunda, con formato de blog, donde, con un lenguaje coloquial y atrayente —no olvidemos que es un estilo que ha de ganar seguidores, nosotros mismos, los lectores— se desmenuza, cual fiscal en una película de juicios, el reality show que ha grabado los sucesos, intentando sacar los colores a la producción y hacernos reflexionar sobre lo que hemos leído; el tercero, con forma de entrevista, sirve para distanciarse de ambas versiones y, en principio, querer aunarlas, en principio. No podemos olvidar que todo está narrado a través de uno solo de los personajes.

Paul Tremblay sube a mis altares. Una de las novelas de terror mejor escritas que he leído jamás. Mención a su traductor, Manuel de los Reyes, quizá uno de los mejores traductores de género del país.

Información de la contraportada:

La apacible vida de los Barrett da un giro cuando su hija Marjorie, de catorce años, empieza a mostrar síntomas horribles de esquizofrenia que los médicos no consiguen mitigar. Muy pronto la situación ha empeorado tanto que su descenso a la locura parece imparable. Desesperado, el padre pide ayuda a un cura para practicar un exorcismo. Y es entonces cuando se produce una vuelta de tuerca: debido a sus problemas económicos, acepta la oferta de una productora de reality shows para grabarlo todo. Quince años después, una escritora entrevista a la hermana pequeña de Marjorie. A medida que ella rememora la tragedia, va desgranándose una impactante historia que plantea interrogantes sobre la memoria y la realidad, los medios de comunicación, el poder de la ciencia y la religión, y la naturaleza misma del mal. Ganador del Premio de Novela Bram Stoker, Una cabeza de llena de fantasmas es un libro fascinante que combina el terror con el misterio, el drama familiar y la crítica a la sociedad del espectáculo en la estela de El resplandor de Stephen King, La maldición de Hill House de Shirley Jackson y El exorcista de William Peter Blatty.

Datos técnicos:

Una cabeza llena de fantasmas (A Head Full of Ghosts). Paul Tremblay, 2015.

Editorial: Nocturna, 2017.

Traductor: Manuel de los Reyes.

Diseñadora de portada: Amanda Kain (a partir de una fotografía de Forest Woodward / Getty Images).

Tapa blanda.

Páginas: 386.

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